A principios de la primera década del siglo XXI Rockstar Games marcó las pautas que se debían de seguir en el desarrollo de videojuegos de mundo abierto, Grand Theft Auto III impuso un antes y un después en cuanto a la manera de contar una historia y como el jugador interactuaba con la misma.
El juego obtuvo calificaciones desorbitantes en los medios de comunicación y cada entrega posterior haría lo mismo; Grand Theft Auto: Vice City y Grand Theft Auto: San Andreas fueron más grandes y ambiciosos demostrando que la línea entre el cine y el videojuego era cada vez más delgada.
La franquicia tuvo adaptaciones en Play Station, Xbox, PC, Game Boy Color, Advance y una cantidad de nuevas entregas vieron la luz.
Cuando apareció la nueva generación de consolas (PS3, Xbox 360) Rockstar logró romper el molde de sus propios logros con Grand Theft Auto IV, aunque el juego fue odiado por muchos, hay que aceptar que la cantidad de detalle en Liberty City era extraordinaria, dejando ver una ciudad llena de vida, edificios, transeúntes, autos, parques y el increíble realismo que destilaba el juego hacían que nuestros destrozos, asesinatos, persecuciones y narcomenudeo se sintieran como algo que nunca habíamos experimentado.
Grand Theft Auto III |
Estudios competidores quisieron emular la formula ganadora y esto dio paso a toneladas de juegos de mundo abierto, pero ¿qué característica compartían muchos de ellos? Una gran ciudad.
Por lo que Rockstar decidió desempolvar uno de sus viejos proyectos: Red Dead Revolver, un Western lanzado en 2004 y que los únicos detalles sobresalientes con los que contó fue el modo de puntería Dead Eye (un estilo de bullet time) y por su puesto su orientación en el viejo oeste.
A pesar de que el juego estuvo repleto de acción solo fue uno más entre muchos y la tecnología de aquel entonces fue determinante para que el juego no resultara ser un mundo abierto, ya que las computadoras dibujaban lineas rectas y era muy difícil llenar de vida y detalle el campo, las colinas y los ranchos.
Red Dead Revolver |
Red Dead Redemption no se topó con este problema.
Tomando por argumento otra vez el Salvaje Oeste, nos colocaron al mando de John Marston un exforajido, que como el nombre del juego lo indica, trataba de redimirse de su vida loca y buscar la paz y la tranquilidad al lado de su familia en un ranchito cerca de West Elizabeth. Sus antiguos compañeros de pandilla no se lo iban a dejar tan fácil y mucho menos el gobierno, en especial el principal antagonista de la historia: Edgar Ross. La amada familia de John Marston es secuestrada por los malos y se le obliga a buscar a los criminales más peligrosos para darles muerte a cambio de la libertad de su hijo y esposa.
Con está historia se desenvolvían todo tipo de aventuras a través de la frontera entre México y Estados Unidos, un mundo hermoso con altas cordilleras, extensas praderas, desolados desiertos, pueblos fantasmas, cantinas y escenarios revolucionarios llenos de vida salvaje y personajes sombrerudos. Todo esto con horas y horas de trabajo en los detalles del vestuario, expresiones y del medio ambiente.
El mapa, muy grande en si mismo, se dividía en tres áreas en las cuales se daban lugar eventos aleatorios, como personajes pidiendo por nuestra ayuda, asaltos en donde decidimos si formar parte de ellos o defender a las víctimas, retos de caza y recolección de plantas, búsqueda de tesoros y un largo etcétera.
Nada como despertar con los primeros destellos del crepúsculo sobre el rostro, vestirnos con un poncho, tomar un trago en la cantina del pueblo y jugar una partida de póquer antes de seguir con nuestra búsqueda de otorgar libertad a nuestra familia y a nosotros mismos.
El juego por su puesto no es perfecto, tiene sus debilidades en la física de los personajes y animales además de varios glitches y bugs, esto no impide que sea una historia digna de ser vivida ya que aunque cuenta con un extraordinario multijugador el plato fuerte es definitivamente la historia principal.
Si no lo has jugado date un tiro en la cabeza o sal inmediatamente a comprarlo.
"Se necesita más que el Apocalipsis para acabar conmigo" -- John Marston |
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